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El nombre de la ciudad, con un baile de siglas a su alrededor, y los nombres de jugadores con carisma que ayudaron a cimentar una historia de un siglo y pico. Todo eso vamos a repasar de un vistazo que comienza remontándonos a 1910, cuando se documenta el primer partido de futbol en Huesca. Semanas más tarde, nace el Huesca Sport Club, que en 1913 se transforma en Huesca Fútbol Club, sin perder su esencia ni el color azul y grana de su uniforme. Así se inscribirá oficialmente en la recién creada Federación Aragonesa de Fútbol, en 1922.

Tras unos graves incidentes en octubre de 1927, se retira del campeonato y se disuelve en la Asamblea General del 22 de noviembre.

Tarda menos de dos años en reaparecer, sin profesionales y rebautizado como Huesca Club Deportivo.
Vemos nombres se repiten entre el plantel de 1927 y el de 1929, Rufo, Campo, Costa, Tristán, pero ninguno más carismático que su capitán y líder, Manolo Ezquerra.
Ezquerra era de Ayerbe, y por circunstancias de la vida había empezado a jugar a futbol en Buenos Aires, donde alcanzó algún renombre como defensa. Al volver a España, se puso al frente del equipo azulgrana. El público reconoció en su corrección y entusiasmo un modelo a seguir.
Cuando el Huesca renació en 1929, con jugadores aficionados, Ezquerra siguió liderándolo y dio un giro sorprendente a su rol en el campo. Pasó a ser delantero centro. Marcó muchos goles y representó como pocos los valores del Huesca: fidelidad, clase y pundonor. Hasta qué punto sería querido que cuando se anunció su enlace matrimonial, la ciudad organizó un partido para recaudar fondos como regalo de boda.

El Huesca Club Deportivo se convertirá pronto en la Unión Deportiva Huesca. Y desde ese humilde arranque amateur, irá creciendo hasta la temporada 1949-50, en la que se consigue el ascenso a Segunda División, donde pasa tres brillantes temporadas. El descenso de categoría hizo insostenible su situación económica y el desánimo de la afición llevó a la desaparición en 1956.

El paréntesis durará casi cuatro años esta vez. Un grupo de jóvenes convocados por Patricio Funes en el bar Flor, deciden relanzar el club, que aparecerá con su denominación definitiva: Sociedad Deportiva Huesca.
Ha pasado el tiempo, pero volvemos a ver algún nombre repetido. El más reconocible, aquel elegante defensa llamado Jesús Aspiroz, que ahora va a ejercer como entrenador.
¿Qué convence al antiguo valladar defensivo para asumir el cargo? Él mismo lo explicó en una entrevista: «saber que los propios jugadores me reclamaban».
Aspiroz consiguió dejar al equipo en Tercera División y cumplió a la perfección su papel de pegamento, de bisagra entre los viejos y los nuevos tiempos.

La S.D. Huesca volvió a vivir momentos de zozobra económica (sobre todo en los años 80 y 90) pero ha conseguido llevar la antorcha que se encendió en 1910 hasta nuestros días. Con un presente y un futuro inmensos, conviene acordarse de los errores de antaño, pero no olvidar tampoco cómo la ilusión de una ciudad y un puñado de hombres de club, fueron el combustible que no dejó apagarse la llama del fútbol oscense.


Fuente:
Libro «El Huesca. 100 años de fútbol» (Tropo Editores, 2010)
Hemeroteca del Diario del Altoaragón
«Homenaje a Manuel Ezquerra» (Diario de Huesca: 28-12-1930).
«El partido a Ezquerra» (Diario de Huesca: 30-12-1930)
«Jesús Aspiroz, entrenador; no jugador del Huesca» (Nueva España, 9-9-1960)

Fotografías:
Escudos. Libro «El Huesca. 100 años de fútbol» (Tropo Editores, 2010)
Foto Jesús Aspiroz. Diario del Altoaragón.

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