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El título de Campeón de Segunda División, conseguido en el último partido de la temporada 2019-20, tiene un acompañante muy especial en las vitrinas de la Sociedad Deportiva Huesca. Comparte lugar con un entrañable trofeo para el que hicieron falta dos intentos: la Copa de España de Aficionados.

El Huesca fue campeón regional en la temporada 1930-31 y como tal participó en el Campeonato Nacional Amateur.
El Indarra de Pamplona visitó Villa Isabel en la primera ronda y no lo puso fácil. Cayó en la prórroga, con cuatro goles de Manolo Ezquerra.
Sin tiempo de asimilar, la semana siguiente, el Huesca tuvo que medirse al Palamós, nada menos que en Las Corts, en Barcelona. Nueva victoria por 1-2 y clasificados a semifinales.
Una semana después, a Huesca llegó el campeón levantino: el Burjassot. 3-1 vence el Huesca, con triplete del goleador Ezquerra de nuevo.

La final se jugó en Chamartín de la Rosa, como previo de la final de la Copa de España (Athletic-Betis). El Huesca se enfrentaba al Coisvín de Vigo y fue derrotado por 1 a 4. Los aficionados oscenses se quedaron con la miel en los labios, pero el destino les daría una ocasión para desquitarse.

43 años después, la temporada 1973-74 concluía con ascenso a Tercera División y clasificados para el Campeonato de España Amateur. El equipo venía de pulverizar registros, marcando 125 goles y encajado únicamente 16, pero el reto era mayúsculo.
En primera ronda se venció al Extremadura de Almendralejo. Las eliminatorias eran ahora de ida y vuelta.
Así derrotó también al Manresa, campeón de Cataluña, para medirse en semifinales al filial del Barça.
El duelo se saldó con triunfo 5-2 en El Alcoraz y derrota 1-0 en la vuelta.
En la final (también a doble partido) esperaba un viejo conocido: el Club Deportivo Aragón.

Arropados por numerosos aficionados oscenses, el Huesca se presentó en La Romareda el 28 de junio de 1979 y arrancó un valioso empate a cero. El árbitro de aquella jornada fue el célebre Guruceta.
Todo quedó pendiente de la vuelta, y se generó un enorme interés en la ciudad. El partido trajo cifras nunca vistas hasta aquel momento. La recaudación: 508.000 pesetas. La charanga de Remolinos, contratada por la Peña Los 30 para amenizar ese glorioso día, costó, a escote, 12.000 pesetas. Hubo una bodega que repartió 7.000 litros de vino en los aledaños del estadio. Todo estaba preparado para una fiesta sin igual.

Aquel 6 de julio de 1974 la Sociedad Deportiva Huesca formó con Delgado, Ausaberri, Pepín, Royo (Galvis), Pedro, Calvo, Cruz, Ferrer (José Luis), Palacino, Ortega y Arrayet.
El resultado: victoria incontestable, 3 a 0, con goles de Cruz, Palacino y Arrayet.

Cuando el capitán Ausaberri recibió la Copa de Campeón Nacional de Aficionados, El Alcoraz vibró de orgullo. Como vibraron los balcones con la celebración del último ascenso y el Campeonato de Segunda que, por civismo y responsabilidad, la afición oscense tuvo que celebrar de forma atípica. Cuando volvamos a tener la ocasión, será una fiesta por partida doble.

Fuente:
El Huesca. 100 años de fútbol (Tropo Editores, 2010)
Hemeroteca Diario del Altoaragón
«Vida deportiva» (El Diario de Huesca, 21-6-1931)
«El Huesca Campeón nacional de aficionados» (Nueva España, 7-7-1974)

Fotografías;
Web S.D.Huesca
Colección Miguel Avellanas

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