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El 31 de marzo de 2019, en partido de LaLiga Santander, se produjo el mayor desplazamiento de aficionados de la Sociedad Deportiva Huesca en toda su historia. Dos mil oscenses acompañaron al equipo durante una jornada histórica en el estadio Santiago Bernabéu, con una pasión y un civismo festivo que fue ampliamente reconocido. Lejos quedaba la discreción de la primera visita a Chamartín (mismo campo, nombre antiguo) en 1953, seis meses antes de la llegada de Alfredo Di Stéfano al equipo blanco. Las crónicas dicen que la noche fue muy fría, que un malabarista amenizó el tiempo de descanso y que el gol del Huesca lo marcó Turón.

Aquel estadio había abierto sus puertas seis años antes, en 1947, con una curiosidad. Fue un cubano, Chus Alonso, nacido en La Habana, quien marcó el primer gol oficial en el nuevo coliseo merengue. El mismo Alonso ya había marcado dos goles en el amistoso de inauguración contra Os Belenenses. Y, casualmente, otro cubano, Mario Inchausti (Caibarién, 1915-2008), un antiguo portero madridista, se convertiría en entrenador de la Sociedad Deportiva Huesca en noviembre de 1964. Una conexión inesperada entre los dos últimos cubanos en vestir la camiseta del Real Madrid.

Inchausti defendía la importancia de la iniciativa del jugador en el terreno de juego: «El jugador, si discurre, es el verdadero autor de todo». Y con esa filosofía, Mario Inchausti condujo al Huesca hasta la liguilla de ascenso a Segunda, en la que el Eibar de Gárate frenó sus aspiraciones. Pocos meses después, dimitió con el equipo líder de su grupo de Tercera División.

De aquella plantilla saldría el defensa Joaquín Mosteo Cárdenas “Pogolo” hacia Chamartín (desde donde tomó dirección a Gijón).

Reforzando esa conexión invisible, pocos exponentes mejores que el capitán Jorge Pulido , u otros recientes como Pedro Mosquera, Borja García, Jaime Seoane y muchos otros jugadores del Huesca han tenido un pasado en la cantera blanca. Alguno, como Sestelo, inscribió su nombre en la historia oscense con el gol en Gran Canaria que supuso una permanencia vital en 2ºB (temporada 2005-06).

La visita del Real Madrid a Huesca, el 9 de diciembre de 2018, la primera en partido oficial, tuvo un antecedente amistoso en 1963, cuando los blancos revolucionaron la ciudad con un partido en el campo de San Jorge que nadie se quería perder. A esa fiesta tampoco se sumó esta vez Di Stéfano, pero sí otros nombres ilustres como Araquistáin, Zoco o Manolín Bueno.

En 2020 el enfrentamiento fue a puerta cerrada, en el estadio Alfredo Di Stéfano, eterno ausente en los duelos anteriores. Por culpa de la crisis sanitaria fue más parecido al frío encuentro de 1953 que a la jovial invasión de la 2019.

 

Fuente:
Libro «El Huesca. 100 años de fútbol» (Tropo Editores, 2010)
Hemeroteca del ABC
Hemeroteca del Diario del Altoaragón

Fotografía:
Huesca-Real Madrid (25 de marzo de 1963). Colección Paco San Emeterio.

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