Partido de los que marcan una temporada, tres puntos en juego que elevan trayectorias. La SD Huesca afronta la parte más importante del curso, un calendario plagado de rivales directos por la permanencia. El primero de ellos, el Villarreal B, decimonoveno y con un punto por encima de los oscenses. Un oponente que no ha conseguido ganar en las últimas tres jornadas, parecida dinámica a la de los altoaragoneses, que suman en este arranque de año dos partidos sin ver los tres puntos. De ganar el encuentro, tanto los amarillos como los nuestros saldrían del descenso. Una final para las aspiraciones de ambos a final de campaña, una cita en la que no los de Antonio Hidalgo contarán con el apoyo de más de un centenar de aficionados.

“Soy optimista con los míos, son mi gente. Llevo tres meses con ellos y siento que puedo ir con todos a la guerra, que van a dar todo por mí y yo por ellos. Los siento cerca y con sentimiento de trabajo, de pertenencia, de lucha. Sabemos que vamos a sufrir y estamos preparados para eso, sabemos que tenemos un reto complicado. Pero confío en la fortaleza del grupo, en que van a ir al límite y vamos a competir contra cualquiera. Estos partidos con rivales directos cogen más importancia que los anteriores, más trascendencia. Es cierto que queda mucho por delante, y lo primero es concentrarnos en este”, trasladó Antonio Hidalgo en la previa al importante duelo.

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