Derbi aragonés. Partido para culminar un cambio de trayectoria definitivo en la SD Huesca. Los oscenses afrontan el duelo contra el Real Zaragoza viviendo un cambio de dinámica notable de la mano de Antonio Hidalgo. Primero, ganando en casa de un rival directo; y después, firmando una actuación digna ante el RCD Espanyol, máximo candidato para el ascenso, dónde los nuestros merecieron más que el empate. Ahora, en la visita a La Romareda, la plantilla solo piensa en dar un golpe en la mesa que sea definitivo y el equipo empiece a salir de las posiciones más bajas. Delante, un rival de mucha talla, que ha hecho un proyecto para ascender a Primera División y que también busca levantar una situación deportiva negativa, tras lograr los tres puntos en tan solo una ocasión de los últimos diez duelos en LaLiga Hypermotion. Un buen momento para que los azulgranas consigan un deseado resultado, pero siempre con los pies en el suelo, conociendo las fortalezas del rival y todo el ambiente que se vivirá en su casa. La plantilla altoaragonesa tendrá que lucir su mejor versión defensiva y saltar al verde con la misma intensidad que en los encuentros anteriores.

 “El otro día el equipo transmitió sensaciones positivas, pero no podemos tener euforia cuando estamos en descenso. Nuestra exigencia es máxima, con un rival con un potencial enorme y con una plantilla hecha para estar en la parte alta, pies en el suelo. Este tipo de partidos son de los que gusta jugar, son partidos bonitos y especiales, con sentimiento y pasión. Tendremos que estar tranquilos y muy concentrados desde el primer minuto, y tratar de disfrutar jugando. La Romareda empuja muchísimo y tenemos que tener tranquilidad y saber leer bien el partido», declaró Hidalgo antes del derbi.

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