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Cuando el 10 de marzo de 2013, en Montilivi, Juanjo Camacho falló un penalti contra el Girona, el aficionado del Huesca arqueó las cejas sorprendido. «¿Eso es posible?»
Pues sí, a veces los penaltis se fallan. Camacho llevaba 25 consecutivos sin error, todo un récord. De ahí la incredulidad de la afición ante el fenómeno inesperado.

Las crónicas de la Sociedad Deportiva Huesca están salpicadas de penaltis épicos, como el que detuvo Jorge Larrosa en Benidorm, metiendo al equipo en el play-off de ascenso a Segunda División de la temporada 2006-07.
También la historia nos enseña que la «pena máxima» no tenía la misma consideración en las primeras décadas del balompié.

 En 1926, el Martinenç visita el campo de Villa Isabel para jugar un amistoso frente al Huesca. Dice la crónica: «A los diez minutos de juego pita Lera un penalti contra el Huesca, que creemos equivocado; Sala, del Martinenç, lo tira fuera y suena otra ovación de agradecimiento al notable defensa catalán».
Fallar los penaltis a propósito era una norma de cortesía durante los partidos amistosos. Si eras del equipo visitante, te ganabas el aplauso del público local. Si eras del equipo local, quedabas como un buen anfitrión.

Hay reseñas de esta cortesía del penalti en la prensa desde principios del siglo XX. Muchos cronistas lo llaman «tirar a kick» (directamente a saque de meta).
En 1940, el Bell-Lloch ilerdense visita Huesca y vuelve a suceder: «Una nueva ocasión tuvo el Huesca de marcar otro tanto en este tiempo. Fue al conceder Larroche penalty contra el Bell-Lloch, que Garcés lanzó intencionadamente fuera».

Curiosamente, antes de estos dos partidos reseñados, en 1923, en el encuentro que jugaron el Huesca infantil y el equipo de La Normal: «Los normalistas incurren en penalty y Anadón, encargado de ejecutar el castigo, lo tira intencionadamente a kick».
El fútbol profesional y el fútbol base unidos por la misma costumbre. Porque entonces se consideraba demasiado fácil marcar desde los 11 metros. Con el tiempo, los porteros mejoraron mucho sus reflejos y el penalti dejó de ser un lance sencillo, salvo que uno se llame Juanjo Camacho y casi se le olvide que, en muy raras ocasiones, se pueden fallar.

 

Fuente:
El Huesca. 100 años de fútbol (Tropo Editores, 2010)
Hemeroteca del Diario del Altoaragón
(6-4-1926)
(24-12-1940)
(8-3-1923)

Fotografía:
Riazor.org

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