El Mundial de Sudáfrica 2010 va a ser durante mucho tiempo el más recordado por los aficionados españoles. Y no sólo por el waka waka o el estruendo de las vuvuzelas, sino gracias a ese genial manchego, que con su gol en el minuto 116 de la final, hizo campeona del mundo a la selección española por primera vez en su historia. El cartel de esta 19ª Copa del Mundo —en el que la silueta del continente africano dibuja el perfil de un hombre (los rumores dicen que inspirado en Samuel Eto’o) cabeceando una pelota— es al que rendimos homenaje con nuestro diseño para el cartel del encuentro de este lunes 24 de abril contra el CD Tenerife. En esta interpretación, de sencilla pero simbólica composición, la silueta que se funde con el jugador que cabecea el balón es la de nuestra región, que además celebra su patrón San Jorge un día antes de la celebración del choque liguero de la 37ª jornada.
* El jugador es un componente de la actual plantilla azulgrana ¿sabrías decirnos quién? 

Fue el primer mundial de fútbol disputado en territorio africano, que se debatió entre Marruecos y Sudáfrica, decantándose finalmente por esta última. Esta decisión trajo polémica en el propio país organizador, ya que se produjo la mayor inversión de la historia de los mundiales para reformar y crear 10 estadios, en un país en el que no sobraban los recursos económicos. Este presupuesto solo ha sido superado por el reciente mundial de Catar 2022.

A este mundial regresaron países como Corea del Norte (que no lograba clasificarse desde 1966), Honduras y Nueva Zelanda (desde 1982). También nos dejó numerosas curiosidades como el cuádruple empate (a 5 goles) en la bota de oro entre Forlán, Villa, Müller y Sneijder o el intenso partido entre Uruguay y Ghana, en el que Luis Suárez fue expulsado por hacer una parada en la misma línea de gol en los minutos finales y que le valió a Uruguay para clasificarse para semifinales, ya que su portero consiguió atajar el lanzamiento de penalti. También la eliminación de las dos anteriores finalistas, Italia y Francia, quedando en el último lugar de sus grupos. Dejan Stankovic se convirtió en el primer jugador en participar en 3 mundiales con 3 selecciones distintas (Yugoslavia en 1998, Serbia y Montenegro en 2006 y Serbia en 2010), y los hermanos Boateng fueron los primeros en defender los colores de dos selecciones diferentes (Alemania y Ghana). Suiza, por su parte, consiguió permanecer imbatida durante 559 minutos. Y Maradona fue el seleccionador argentino en esta edición, pero con un decepcionante resultado, cayendo en cuartos de final por un sonrojante 0-4 ante Alemania.

Una de las mayores controversias fue la que rodeó al balón oficial del torneo, llamado ‘Jabulani’ (palabra zulú que significa celebrar o celebración), debido al extraño efecto que dibujaba al salir golpeado por los futbolistas. Mientras, el punto más pintoresco alrededor del mundial estuvo en las predicciones del pulpo ‘Paul’, que acertó todos los cruces de las eliminatorias.

Dos selecciones que tuvieron una gran actuación en el torneo fueron Alemania y Holanda, pero se cruzó en su camino una selección española que fue de menos a más, pues empezó perdiendo el primer partido contra Suiza. Sufrió —en mayor o menor medida— en todos los partidos, pero desplegó una sólida idea en el juego de posesión. En octavos de final superó a Paraguay (en el único partido en el que cada equipo falló un penalti desde hacía 80 años); se deshizo de Portugal en cuartos y Carles Puyol voló en un córner para cabecear el balón al fondo de la red germana, consiguiendo así el gol que clasificaba a España para su primera final de un mundial. La final, celebrada en el Soccer City de Johannesburgo, enfrentó a una Holanda (que había eliminado a Uruguay en semifinales) que jugó a su mejor nivel, pero que también hizo uso juego brusco, como el que utilizó Van Bommel y sobre todo la recordada patada de De Jong sobre el pecho de Xabi Alonso, que sólo fue sancionada con amarilla. No obstante, el juego de ‘la roja’ se impuso al combinado de los Países Bajos, gracias a las prodigiosas salvadas de un Iker Casillas en estado de gracia y a la jugada del gol, trenzada entre Jesús Navas, Fernando Torres y Cesc Fábregas, que asistió al genio manchego. Andrés Iniesta, tras acomodarse el balón, lo golpeó de volea hacia las mallas, dejando una dedicatoria inolvidable, en recuerdo de su amigo Dani Jarque, que había fallecido el verano anterior.

La selección española se convirtió así en el octavo país que conseguía alzarse con el mayor trofeo del fútbol mundial, siendo la segunda selección que ganaba un mundial fuera de su continente (sólo lo había logrado Brasil) y la campeona con menos goles anotados (8), pero con solo dos goles encajados.

¡Viva Fuentealbilla!

* El jugador representado en el cartel es Abou Kanté.